De mis amigos judíos, así como de su Fe he aprendido muchas cosas que trato de aplicar a mi vida, en especial a los negocios. Aquí quiero hablarte del AYUNO como herramienta de AUTOCONTROL y PERSEVERANCIA. El ayuno es un acto contracultural en un mundo lleno de inmediatez e indulgencia. En lugar de satisfacer nuestros impulsos más inmediatos, el ayuno nos invita a moderarlos y a practicar la abstinencia. Al abstenernos de la comida u otros placeres durante un período determinado, podemos desarrollar nuestra capacidad de resistir la gratificación instantánea y aprender a apreciar lo que realmente importa en la vida.
El ayuno también nos ofrece la oportunidad de detenernos y reflexionar.
En un mundo donde nos movemos constantemente hacia adelante, el acto de detenernos y tomar un momento de introspección puede ser profundamente transformador. Durante el ayuno, podemos examinar nuestras acciones, pensamientos y emociones, y encontrar un sentido de claridad y propósito en medio de la agitación diaria.
Además, el ayuno tiene un significado espiritual en muchas tradiciones religiosas. En el caso de los días de ayuno judíos mencionados, como el 17 de Tamuz y Tishá BeAv en el judaísmo, estos días son momentos de conmemoración y reflexión sobre tragedias históricas. El ayuno se convierte en una forma de conectarse con la historia y recordar la importancia de preservar los valores y la sabiduría transmitidos a lo largo de los siglos.
En resumen, el acto contracultural del ayuno nos enseña a moderar nuestros impulsos más inmediatos y a encontrar significado en la paciencia y la introspección. Nos ayuda a resistir la gratificación instantánea y a apreciar las cosas trascendentales de la vida. En un mundo dominado por la inmediatez y la indulgencia, el ayuno se convierte en una herramienta poderosa para cultivar la moderación y encontrar un equilibrio más profundo.
Cuando practicamos el ayuno, nos acercamos más a lo Divino. Aprendemos a rechazar nuestras inclinaciones más primarias y a moderar y controlar nuestras tendencias terrenales.
Es interesante notar que nuestra búsqueda de inmediatez y nuestra inclinación por la indulgencia son elementos clave en los días de ayuno del judaísmo. En el caso del 17 de Tamuz, el pueblo Judio recuerda la ocasión en que Moshé rompió las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí. Después de pasar semanas en la cima de la montaña, Moshé descendió con el regalo más valioso para la humanidad. Sin embargo, debido a su prolongada ausencia, los israelitas se impacientaron. En lugar de esperar a que Moshé regresara con la Torá, construyeron un becerro de oro. Anhelaban lo que se les había prometido y lo querían de inmediato.
Cuando no obtuvieron lo que deseaban, trataron de llenar su vacío espiritual con cosas llamativas y brillantes, en lugar de buscar lo que realmente sería más gratificante.
De hecho, el Libro de las Lamentaciones que se Lee en Tisha BeAv y el Talmud sugieren que la destrucción de Jerusalén tuvo razones similares. El pueblo judío se debilitó y degradó debido a su inclinación por la indulgencia. La adoración desenfrenada de ídolos, la falta de restricciones en el adulterio y la avaricia desenfrenada los perjudicaron.
Cuando los Judios se enfrentaron a tragedias, respondieron resaltando la importancia de la paciencia. El Libro de las Lamentaciones nos recuerda una y otra vez que «Hashem es bueno con aquellos que lo esperan» y nos insta a «esperar en silencio por la redención«.
El verdadero significado requiere persistencia y paciencia. La indulgencia instantánea no es suficiente.
De ahora en adelante, al ayunar, debemos recordar todas las pruebas que los Judios ha enfrentaron a lo largo de la historia. Mientras nos abstenemos de comer y beber, debemos apreciar la radicalidad de nuestro acto.
En medio de una sociedad que promueve la gratificación instantánea y el consumismo desenfrenado, el ayuno nos enseña los beneficios del autocontrol y la virtud de la paciencia y la perseverancia. La verdadera plenitud y satisfacción no llegarán a aquellos que buscan recibir lo que desean de inmediato, sino a aquellos que, con calma y paciencia, buscan no la mayor cantidad de bienes, sino los bienes más sagrados del mundo.
Definitivamente la práctica del Ayuno es una herramienta muy importante para nuestra vida diaria, en especial para los que vivimos buscando el éxito. Que antes de buscarlo hay que definirlo, si no sabes el significado para ti del Éxito, como lo vas a encontrar. Aprovecha el Ayuno para reflexionar en eso, para encontrar respuestas a las interrogantes que te aquejan, pero, sobre todo, haz tu esfuerzo y deja a Dios el resultado. Tú acción será recompensada.
Por: Aldo ‘El Lobo del Network‘ López», CEO de BNEFIT y veterano de 15 años en la industria del marketing de referidos.